Cómo decidí dar el paso y montar mi propia empresa formato culebrón (Segunda Parte)


Antes de continuar con el culebrón quería daros las gracias a todas las personas que me habéis escrito por Instagram para decirme que os ha gustado la primera parte 😱💚 La verdad es que nunca hubiera imaginado que tanta gente me leería, y menos una entrada tan larga y de temática tan personal! Me he quedado helada y súper feliz al mismo tiempo de que compartáis vuestras opiniones y vivencias conmigo, muchxs también os habéis sentido identificadxs desgraciadamente, ¡pero recordad que cada uno es dueño de su vida y puede decidir en qué y cómo la gasta! Si no sóis felices con lo que hacéis, en vuestra mano está el cambiarlo  :-)

Y ahora sí, vamos con la segunda parte...

Todos jugamos un papel en esta vida

Estaba clarísimo que si en 5 años no me habían subido el sueldo tampoco lo iban a hacer ahora, y menos con el chupóptero de Don José despilfarrando dinero y pidiendo adelantos cada 2 por 3. Os aseguro que si durante los últimos meses cobramos cada fin mes fue gracias a Carmen, la chica de contabilidad. Carmen era una chica muy eficiente que, al igual que el resto del equipo, hubiera sacado la empresa adelante si los jefes no se hubieran querido meter en todo ni se hubieran fiado tanto de señores con traje y corbata que pedían grandes sueldos y les tomaban el pelo.

¿Subirnos 50€? ¡Ni hablar! Pero para pagar vuelos de 1 hora en primera clase para que José llegara bien descansado a Madrid, u hoteles de 5 estrellas "porque se lo merecía y punto" siempre había dinero. Un día, los diseñadores le explicaron a Cristina que en todas las empresas que se dedican a la moda se suelen hacer viajes para hacer shopping y detectar tendencias. ¿Sabéis cuál fue su respuesta? "¿Para qué queréis viajar, si tenéis internet? Más trabajar y menos soñar". Incluso llegó a hacer mofa porque una diseñadora pagó de su bolsillo un viaje a París para ver una feria especializada. Supongo que con ésto ya no hace falta que os explique más sobre la mentalidad de esta chica, ni os sorprenderá que la empresa se fuera a pique.

Aquí llegamos a mi lista de actitudes que consiguen que una empresa dé asco:

1- No valorar a los trabajadores y premiar al más cazurro
2- Cortar las alas a la creatividad y a las ganas de empaparse de conocimiento de los trabajadores
3- Menospreciarlos, no valorarlos (cuando son ellos los que te hacen el trabajo)

Si algo estaba aprendiendo en ese lugar eran todas las cosas que NO deben hacerse en una empresa si quieres que ésta funcione.

Al final, llegó EL DÍA. El jefe apareció después de meses sin pasar por la oficina con cara de susto y, sobretodo, de cansancio. Nos llamó uno a uno a su despacho y nos comentó que la situación era insostenible. Iban a cerrar la empresa por deudas debidas a una mala gestión. Mientras tanto, al otro lado del globo, Cristina continuaba como si no pasara nada, hablando de montar tiendas en todos los centros comerciales de España, dando instrucciones, y organizando los plannings de las siguientes colecciones.

Esther y yo, que éramos las que por desgracia más trato directo teníamos con ella, no entendíamos nada y, con el cierre de la empresa pisándonos los talones, le preguntamos qué pretendía hacer con nosotras y con todo el planning que nos estaba pasando.

"Ah, seguiréis en negro no?. Yo no os puedo hacer un contrato, a no ser que vengáis a trabajar aquí. Tenemos mucho trabajo por hacer".

Os pongo en situación...

Desde que trabajaba allí, Cristina no paraba de insistirme con que fuera a trabajar a China con ella. No hace falta que os diga que lo último que me apetecía era trabajar y encima vivir con ella a miles de kilómetros de mi país. En un pueblo donde no se ve el cielo por el humo de las fábricas y donde no entiendo ni papa del idioma, estaba condenada a ser su sombra, y éso era la última cosa que me apetecía. Si cuando venía a Barcelona ya no quería verla porque significaba no desconectar del trabajo (algo que mi cabeza necesitaba urgentemente), imaginaos si me iba allí. Sólamente para poder dormir tranquila, tenía que apagar el móvil de noche si no quería que me despertara a altas horas de la madrugada para comentarme una "genial e importantísima idea" de la organización de stocks en tienda. Un auténtico infierno. 


Por esa razón Esther y yo decidimos que, si trabajábamos desde casa, estarían MUY claros los horarios. Como Cristina no paraba de darnos trabajo para las siguientes temporadas pero no nos hablaba de salario ni nos contestaba cuando le preguntábamos por el tema, decidimos pasarle, a 1 día del cierre, una propuesta por email. No contestó en todo el día y nos fuimos a casa.

La propuesta, por si os lo preguntáis, eran tres opciones:

1- Trabajar por proyecto y fijar unos precios por hora, packs o tipo de trabajo

2- Trabajar como hasta ahora por 1200€ mensuales con una jornada intensiva de 7 a 15 para aprovechar al máximo la diferencia horaria (o en el horario que acordáramos con ella)

3- 600€ por media jornada para poder combinar con otro trabajo y poder llegar a fin de mes.

Deberíamos hacernos autónomas, pero en el caso de que ella no quisiera factura (algo muy de su estilo) era tirar el dinero. Así que si lo hacíamos en negro no cotizaríamos. Ella no tendría gastos relacionados con nuestros contratos como hasta ahora (así que aunque cobraríamos más ella pagaría muchísimo menos), y tendríamos que tener internet en casa así como un ordenador propio para trabajar más los gastos de luz, teléfono... No nos parecía una cantidad desorbitada, sino más bien un precio de amigo teniendo en cuenta que aguantar a Cristina empezaba a ser insoportable y trabajaríamos aún más que antes, ya que iba a prescindir del resto del equipo. Sinceramente nos sabía mal dejarla tirada, y el fantasma del paro nos daba bastante impresión. Mejor quedarnos con éso que no encontrar nada y agotar la prestación, "que estaba la cosa muy chunga".

Lo que pasó en Troya se queda corto con lo que vino a continuación.

Foto filtrada por Wikileaks de Cristina al leer nuestra propuesta. (Y sale mona)


A las 00:42 sonó mi teléfono. Lo había dejado encendido a posta ya que conocía muy bien a Cristina y sabía que no tardaría en llamar. Dudé en cogerlo, pero lo hice. 

Yo - Hola Crist...

Cristina - "¿¿Está loca?? De qué va esta niñata, ¿¿quién se cree que es??

Yo - Hola, buenas noches. ¿De quién me hablas?

Cristina - ¡¡De Esther!! 

Yo - ¿Hablas de la propuesta?

Cristina - ¡¡Pues claro!! ¡¡De qué va a ser!!

Yo - Bueno... entonces habla de mí también... Te la hemos enviado las dos. Si te fijas en la firma...

Cristina - ¡¡Que te calles!! ¡¡Encima de que hago que continuéis teniendo trabajo... Así me lo pagáis!!

Yo - Relájate, es una propuesta... Piensa que estaremos trabajando desde casa y...

Cristina - ¡Precisamente por éso! ¿Quién me dice a mí que no estás tomándote una cerveza o poniendo la lavadora, ¿¿eh?? Os habéis pasado, ¡¡con 500€ tenéis más que suficiente!! Encima que os ayudo... ¡¡no me esperaba ésto de ti!!

Yo - Cristina, para el carro. Creo que si hago mi trabajo y lo tengo a tiempo para la fecha acordada, que ponga una lavadora o haga pis cada 5 minutos no debe ser de tu incumbencia... (le dije con un tono bastante borde y seco)

Cristina - ...

Yo - Lo siento, si no te interesa prescinde de nosotras. 

Se me habían cruzado los cables. Ya no quería trabajar con ella. Me daba miedo quedarme sin trabajo, pero lo de los 500€ me hizo ver que mi trabajo para ella no tenía ningún valor. No iba a aceptar ningún tipo de limosnas.

Cristina - Pero no me podéis dejar tirada de repente, ésto no me lo esperaba de ti, somos amigas... ¡¡Así me lo pagas!!

Yo - Llevamos desde que sabemos que la empresa iba a cerrar preguntándote qué iba a pasar, viendo que nos hablas de plannings para el año que viene sin haber llegado a un acuerdo y sin querer hablar de las condiciones... ¡Has pasado olímpicamente de nosotras cuando te lo hemos comentado! Sé que te crees que estamos desesperadas y que tal y como está el panorama laboral nos conformaremos con lo que nos ofrezcas, pero has tensado demasiado la cuerda y nos has faltado al respeto ofreciéndonos 500€ el día antes. Ahora tienes las colecciones a medias y vas a tener que buscar a alguien que te las acabe. Dudo mucho que encuentres a una persona con toda la experiencia y currículum que tenemos nosotras que acepte el trabajo por menos de 1.500€. ¿Por cierto, alguna vez te has mirado nuestro currículum? 

Cristina - Bueno, pásame los archivos que te pedí ayer y te comento una cosa del planning de Navidad... (estábamos en julio)

Cristina, cuando no quería aceptar algo que no le parecía bien, rebobinaba hasta el momento de la conversación que le dejaba de gustar y te hablaba de otro tema como si la anterior charla nunca hubiera tenido lugar. Me quedé tan en shock y estaba tan indignada por lo que acababa de suceder, que sólo me salió colgarle y apagar el teléfono rápidamente.

¡Siempre habrá alguien que lo haga más barato! 👌🏻

Os aseguró que por primera vez en 5 años me sentía libre, tranquila, sin el dolor de estómago que llevaba sintiendo los últimos años por hacer todo rápido, mal, y a última hora.

Habíamos "partido peras" definitivamente y tenía que buscarme la vida. En unas horas ESTARÍA EN PARO 😱

Quizás pensaréis que fui una desagradecida, pero yo pienso que nada más lejos de la realidad. Nunca valoraron mi trabajo y, aunque fuéramos amigas, yo trabajaba al 200%. Trabajaba por dinero, para poder vivir como todo el mundo. El problema fue sólo mío por haber vendido regalado mi trabajo, porque hay jefes que, por desgracia, valoran a las personas según lo que éstas cobran. Y yo me había rebajado a tope.

El día siguiente era el último día en la empresa, así que me senté en el sofá y me quedé mirando una de las velas que había preparado para la boda de mi amiga Anna. Entonces, VI LA LUZ.

Sin darme cuenta, ya tenía un proyecto entre manos al que, si le metía ganas, dinero y tiempo, podía convertirse en mi futuro trabajo... 

¡Pero ésto, os lo explicaré en el siguiente post!


¿Os habéis encontrado en una situación parecida? ¿Qué hubierais hecho en mi caso? Dejad vuestras respuestas aquí abajo ⬇️⬇️⬇️

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